El amor está en todas partes, aun en aquellas personas que conocemos desde la infancia y que no nos imaginamos que podemos llegar a tener un futuro con ella. Así comenzó la historia de amor de los esposos Irwin Dixon y Valjean de Dixon, quienes se conocieron desde muy pequeños cuando asistían a la escuela y quienes jamás se imaginaron que su historia de amor y su futuro se encontraba en el uno a otro.
El tiempo pasó y se convirtieron en adultos, por lo que cada uno trabajaba. Ella laboraba específicamente en un banco, el primero en la zona, y él frecuentaba el lugar, razón por la que siempre intercambiaban saludos y compartían de largas pláticas; en la casa de su hermana, quien estaba casada en un tío de don Irwin, fue donde más tiempo pasaban juntos y fue ahí donde más se conocieron y donde dieron inicio con aquella historia de amor incierta, pero que actualmente perdura.
Con más de 50 años de matrimonio, los Dixon disfrutan el día a día acompañados del uno al otro en Plan Grande, Roatán, y aún mantienen ese amor y esa unidad con la que comenzaron. El mar y las personas más cercanas a ellos son testigos de la pasión que los une y que seguro los mantendrá así hasta que se cumpla la promesa de “hasta que la muerte nos separe”.