La calle Sin Sol del barrio Morazán en Tegucigalpa, Francisco Morazán, se convirtió en el Santorini de Honduras por las fachadas de sus casas.
Varias viviendas de la histórica calle están pintadas con azul y blanco, mismos colores que adornan una buena parte de las casas en la isla de Santorini, en Grecia, y que se han convertido en el principal atractivo turístico de esa cuidad.
Barandillas, puertas, marcos de ventanas y algunos detalles de las viviendas resaltan en tono turquesa, color de dos de las franjas de la bandera de Honduras.
Además, la calle fue adornada con flores que cuelgan de las ventanas. Asimismo, hay varios faroles que en las noches alumbran la calle.
Santorini es uno de los destinos mundiales más visitados por millones de personas que buscan obtener una fotografía en las famosas “casas blancas con azul”. Estas viviendas están pintadas con cal para dar ese blanco impecable.
Sin embargo, la historia va más allá de que las casas se vean bonitas, sino que tienen un motivo. Y es que esas viviendas están construidas de piedra, lo que representa un problema para los habitantes, pues en época de verano el calor se vuelve insoportable.
Entonces los residentes comenzaron a pintar las piedras de blanco, en un esfuerzo por enfriar sus espacios interiores. El proceso funcionó, lo que resultó en casas en isla más frescas y cómodas, según Greek reporter.