Como cada año, un fenómeno insólito como fascinante volvió a sorprender a los habitantes de Centro Poblado, en el departamento de Yoro, al norte de Honduras.
Según los residentes, la lluvia comenzó el pasado domingo y lunes, tras una intensa tormenta, pobladores recogieron decenas de peces esparcidos por el suelo, en lo que se conoce tradicionalmente como la “lluvia de peces”.
Este curioso evento natural, que desafía la lógica y ha captado la atención de medios internacionales, ocurre regularmente entre los meses de mayo y junio, aunque no tiene una fecha fija.
Los residentes de la zona, familiarizados con el suceso, se mantienen atentos al cielo durante la temporada de lluvias intensas, en espera de este fenómeno único.
Entre el misterio científico y la fe popular
La “lluvia de peces” ha sido motivo de múltiples teorías y estudios, sin que hasta la fecha exista una explicación concluyente.
Desde el ámbito científico, las hipótesis más aceptadas apuntan a fenómenos meteorológicos extremos, como trombas marinas, tornados o vientos verticales capaces de succionar peces desde ríos o lagunas cercanas y trasladarlos por el aire hasta tierra firme.
Sin embargo, algunos expertos dudan de la posibilidad de que estos eventos puedan transportar peces por largas distancias hasta Yoro, lo que alimenta aún más el misterio que rodea este suceso.
En contraste, muchos habitantes consideran la lluvia de peces como una bendición divina. Es vista como motivo de celebración, y da lugar a festividades religiosas, comidas comunitarias y una expresión viva del folclore local.
Asombro mundial
La singularidad de este fenómeno ha traspasado fronteras. El canal History Channel le dedicó un segmento en su serie Inexplicables, donde figuras como el físico Michio Kaku y el meteorólogo Bill Evans analizaron el suceso.
“Las imágenes son tan extrañas que cuando las ves crees que se trata de un tipo de engaño”, comentó Evans en el reportaje emitido en 2020.
Por su parte, Kaku calificó el evento como una anomalía que “parece violar lo que sabemos sobre las tormentas y el sentido común”.
Atractivo cultural y turístico
Más allá del enigma científico, la “lluvia de peces” se ha convertido en una tradición profundamente arraigada en la identidad de Yoro, es un evento que se transmite de generación en generación y que también impulsa el turismo local.
Cada año, visitantes nacionales e internacionales acuden con la esperanza de presenciar este fenómeno y formar parte de una vivencia que mezcla ciencia, fe y cultura popular.
Yoro, gracias a esta extraordinaria manifestación natural, se consolida como uno de los rincones más enigmáticos y singulares del mundo.